Las carnes de caza, los productos derivados del cerdo que se cría en las dehesas, los arrozales de las marismas del Guadalquivir y los pescados y mariscos de la costa andaluza, constituyen la materia prima de una variada gastronomía, cuya máxima expresión es el "tapeo". En los pueblos, villas y ciudades de la geografía sevillana existe el ritual de visitar bares, tabernas y "tascas".
La oferta gastronómica se completa con los potajes, guisos, dulces tradicionales y los artesanales mantecados de la comarca de Estepa.
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